El Colegio Madre de Dios de Frutillar es un establecimiento educacional de confesión católica dirigido por las Religiosas Hijas de la Divina Providencia, Congregación fundada por Madre Elena Bettini el 8 de septiembre de 1832 en Italia. Atiende a niños y jóvenes de la comuna inculcando valores humanos y cristianos para su crecimiento integral. Cuenta con docentes comprometidos y padres que han confiado en el colegio para brindarle a sus hijos una educación de calidad e inclusiva. Se tomó como referencia el nombre de Colegio Madre de Dios haciendo alusión a la imagen de la Virgen María Madre de Jesús, educadora, protectora, guía y modelo de toda madre que quiere dejarse guiar e iluminar por ella. María cargando a Jesús en sus brazos invita a ser generosos, a confiar plenamente en Dios y a participar en la vida en Cristo que dice “Hagan todo lo que Él les diga”.Lo anterior implica asumir el compromiso con una vida que llama a cada uno de los integrantes de la comunidad educativa y a la sociedad en general, a actuar como personas integrales, justas y con un fuerte arraigo en los valores cristianos que le permitan asumir los nuevos desafíos de una sociedad en permanente cambio. El Colegio Madre de Dios de Frutillar busca ser un aporte sustantivo al esfuerzo que realizan los padres en la formación de sus hijos, ofreciéndoles una educación de calidad, fundada en la rigurosidad académica que habilite a los estudiantes para emprender nuevos desafíos, ya sea en educación superior u otros que escojan libremente

Biografía de la Fundadora Elena Bettini

Biografía de la Fundadora Elena Bettini Es la última de cinco hermanos, nace en Roma el 06 de enero de 1814. Frecuentó la escuela de las maestras Pía Filippine. La primera biografía que se conoce de ella la muestra dócil, muy obediente a sus padres, preocupada y atenta de sus estudios. Se sabe que superada la adolescencia comenzó a enseñar la Doctrina Cristiana en la Parroquia Santa María del Llanto. El período histórico en que le correspondió vivir se caracterizó por la existencia de grandes y graves problemas sociales, la pobreza era fuente de ignorancia y sobre todo de miseria moral . Elena Bettini, es una figura que logró una particular inserción en la situación social de la época y su obra reviste pleno significado en la actualidad. La educación en la formación humana y religiosa de los más necesitados fundada en la confianza de la Divina providencia, fue su máxima ferviente sostenedora. No obstante, lo anterior, este tiempo para Italia fue, un siglo particularmente fecundo en fundaciones religiosas, sobre todo, femeninas. Elena Bettini pertenece a este grupo de almas sensibles. La vida de Elena Bettini, a los dieciocho años tiene un giro decisivo; cuando se dirigía a la Iglesia San Marco como era de costumbre, impedida por un fuerte temporal se cobijó en el templo más cercano a ella, la parroquia San Carlo ai Catinari, donde se acercó al confesionario, encontrando en esa ocasión al Párroco Tommaso Manini, Barnabita. Éste capta el alma sensible de Elena y con el tiempo le propondrá la Fundación de la Congregación de la Hijas de la Divina Providencia, cuya finalidad se orientará a la educación de la niñez desvalida de aquellos tiempos, concretizándose bajo el pontificado de Pío IX. En el transcurso del tiempo la congregación se extendió en Italia de Norte a Sur. El libro de las crónicas de la Hijas de la Divina Providencia dice: “En la mañana del 21 de diciembre de 1894 a las 01:15 hrs. pasaba a mejor vida la Reverenda Madre Fundadora Madre Elena Bettini, de 81 años no cumplidos; 60 de los cuales en su totalidad dedicados a la educación de los niños pobres. Sus hijas acongojadas, son fortalecidas por las virtudes y ejemplos de la Madre, que vivirá siempre en sus mentes y corazones.